Una exposición es un acto de convocatoria, generalmente público, en el que se exhiben colecciones de objetos de diversa temática (tales como: obras de arte, hallazgos arqueológicos, instrumentos de diversa índole, maquetas de experimentos científicos, maquetas varias, temas de debate, etc...), que gozan de interés de un determinado segmento cívico o militar o bien de una gran parte de la población (interés general o masivo o popular). Una exposición permanente, organizada y estructurada, generalmente histórica o costumbrista, constituye una institución llamada museo.
Las exposiciones se presentan preparadas al enfrentarse a ellas así dirás con toda la seguridad el tema a exponer. No existen exposiciones absurdas. La calificación de las exposiciones puede admitir tantas variantes como criterios museológicos y técnicos puedan aplicarse para destacar las características y usos de este medio de documentación específico del museo que encarna al propio tiempo su personalidad y su misión. Y por el que públicamente se le juzgará. En un sentido histórico y de acuerdo con su desarrollo sociocultural, se pueden comprobar inicialmente cuatro tipos de funciones generales que han venido conformando a las exposiciones: Simbólica, con una finalidad de glorificación religiosa y política, unida especialmente en casi todas las civilizaciones y culturas al valor obtenido de los objetos. Comercial, vinculada al valor de la mercadería. Documental, íntimamente ligada al valor informativo o científico de los objetos, utilizando no sólo por los museos de carácter científico o técnico, y los eco-museos, sino también por todos aquellos organismos e instituciones que desarrollan sus actividades por medio de exposiciones para la difusión de conocimientos. Estética, inherente al valor artístico de las obras y objetos para el colegio y que saquen buena nota.
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